En ocasiones hacemos cosas que podemos considerar insignificantes, o muy poco importantes. Sin embargo, puede que precisamente eso sea lo que el día de mañana marque la diferencia.
Mark Bezos nos inspira y estimula, en una charla de apenas 4 minutos, para que entremos en acción. Para ejercer una influencia positiva en las personas no es necesario que les salvemos la vida, a veces basta con acercarle un par de zapatos.
La importancia de pensar a lo grande.
Es normal que la mayoría de las personas quieran hacer algo grande, o formar parte de ello. Salvar la vida a alguien en un incendio, crear una empresa de éxito mundial, hacer un descubrimiento científico, etc., pueden ser claros ejemplos de ello. Eso está bien, ser ambicioso no es malo.
La ambición te impulsa a seguir mejorando, a no darte por satisfecho con lo que has hecho hasta el momento. La ambición te proporciona la firmeza necesaria para mantenerte en tus trece, de conseguir lo que te propones, por grande que parezca ser la empresa a la que te enfrentas.
En la charla, Mark Bezos no te invita a abandonar tus objetivos vitales. Al contrario, debes mantener tus sueños vivos. Si perseveras y trabajas duro, terminarás por alcanzar la meta, o como poco te acercaras a ella.
La importancia de las pequeñas acciones.
Seguro que alguna vez has pensado que te gustaría hacer algo grande, algo importante en tu vida, o bien te sientes abatido porque crees que jamás has causado un impacto significativo en la vida de otras personas.
Lo primero de todo, todos esos pensamientos no sirven absolutamente de nada. Si quieres hacer algo importante ponte a ello, lo mismo si tu objetivo es influir y mejorar la vida de otras personas. Tienes dos formas de alcanzar esos objetivos, a través de una operación única y grandiosa, o a través de miles de pequeñas acciones.
Creo que no es necesario decirte que en la mayoría de los casos, nos dejamos embelesar por la primera opción, por un triunfo rápido, inmediato, grandioso, aunque en el fondo sabemos que la segunda opción era la correcta.
El bombero que dobla y recoge la manguera, el que conduce el camión, el que proporciona un par de zapatos a quien lo necesita, es tan importante como el que apaga el fuego, o entra en el edificio a salvar el perro. Todos son importantes, todos son necesarios. Unos sin otros no funcionarían correctamente.
En la mayoría de las ocasiones, las operaciones épicas, se consiguen gracias a muchas pequeñas aportaciones.
Quieres tener acceso al centro de recursos gratuitos?
Suscríbete, accede y descarga contenidos exclusivos para suscriptores.
Tu privacidad me importa. Nunca compartiré tus datos con nadie - 100% Libre de Spam
Deja una respuesta