Todo en esta vida tiene ventajas y desventajas.

Esta es otra frase que suelo decir cuando alguien me pide consejo sobre algo, cuando en realidad, lo que espera que ocurra es que les dé una solución mágica que les resuelva todos sus problemas.

Fotografía de Procsilas Moscas.
También puedes encontrarlo en su Blog.

Cada día debemos escoger entre decenas o cientos de opciones. Unas veces son decisiones sobre los aspectos más banales y mundanos de nuestra vida personal, y en otras ocasiones serán decisiones importantísimas que van a afectar a una pluralidad de personas, ya sea en el plano laboral o personal.

Una correcta valoración de los pros y de los contras nos suele ayudar a tomar la decisión más adecuada, pero no debemos creer que la opción escogida carece de desventajas, o que las desechadas eran sólo desventajas.

Esto también puede ser aplicable, y útil, a la hora de valorar el trabajo de otras personas, o las cosas buenas y malas que nos pasan en la vida.

Todo en esta vida tiene sus ventajas.

En la elección a tomar encontrarás motivos por los cuales te parece la más adecuada. Si no, ni siquiera la tendrías en consideración.

Por supuesto, es evidente que la opción escogida será la que consideremos como la más ventajosa, o como poco la más adecuada a la situación.

Ya sea porque cubre el mayor número de necesidades, las más urgentes, las más importantes, etc., o bien porque lo hace aplicando mayores estándares de calidad, o en menor tiempo, porque es la primera que nos mostraron y no queremos calentarnos demasiado la cabeza, o por cualquier otro motivo.

Pero hemos de tener presente que, el resto de opciones, incluso cuando una de ellas parezca ser la clara vencedora, también tendrán sus propias ventajas, cuyo peso cobrara mayor o menor importancia dependiendo de las circunstancias del problema a resolver.

Por ello, estoy total y absolutamente convencido de que todo, absolutamente todo en esta vida, tiene alguna ventaja, alguna parte positiva, y si todo tiene alguna ventaja….

No existen las cosas inútiles, mucho menos las personas.

No es la primera vez que escucho a alguien tachar a otra persona de inútil, y esta es una de las cosas que más odio y que menos me gustan. Todo el mundo vale para algo, 100 % seguro.

 Quizás los que estamos faltos de imaginación para ubicar a esta persona en el lugar adecuado seamos nosotros, quizás le falte formación para realizar la tarea asignada, o quizás lo que esté es falto de motivación.

No sería la primera vez que, al incorporarme a un nuevo puesto de trabajo para dirigir un grupo de personas, alguien se me acerca para proporcionarme una radiografía general de las personas a las que voy a dirigir, y me comenta que “menganito” o “fulanito”, no sirven para nada o como mucho para hacer tareas simples e insignificantes.

Tampoco sería la primera vez que pasado cierto tiempo, todos concluyen que había “nacido una estrella”, y que debían reconocer que “menganito” o “fulanito” daban un rendimiento igual al resto, y en alguna ocasión incluso superior.

Todo en esta vida tiene sus desventajas.

Vivimos en un mundo imperfecto, por lo que cualquier cosa que nos rodea, incluso aquellas que sólo existen en nuestra propia imaginación, no están exentas de errores e imperfecciones.

Al igual que ocurre con las ventajas, y por los mismos motivos, toda opción esconde una serie de inconvenientes o desventajas. Aunque fuera la opción más adecuada para dar solución al problema que se nos presentó.

Quizás sea porque sólo cubre las necesidades más urgentes, o las más importantes, etc., o bien porque cubre la mayoría de esas necesidades a costa de hacer sacrificios en los estándares de calidad, o porque no se cubrirán en tiempo, o a tomas una opción porque no tienes ninguna otra para escoger.

Lo que sí que has de tener presente, más que nada para que nada te sorprenda, es que aunque esa opción tenga todas las papeletas de la clara vencedora, también tendrán su lado oscuro, ese que nadie quiere ver.

Valóralo correctamente, y una vez tomada la decisión ten presente que lo hiciste con conocimiento de causa, con pleno convencimiento de que era la mejor opción de entre todas las que podías elegir.

No existe la opción perfecta, mucho menos la persona.

No soy tan radical en este aspecto como en el anterior, pero tampoco me gusta que se adule demasiado a un componente de mi equipo, especialmente si va en detrimento del resto.

Frases como “este equipo lo levanta menganito”, “menos mal que menganito estaba allí”, “el mejor valor de este equipo es fulanito”, etc., pueden ser adecuados para reforzar la autoestima y la confianza de nuestro personal.

Pero no lo considero apropiado cuando sólo lo empleamos para referirnos, una y otra vez, al mismo componente del equipo, delante del resto de sus compañeros, en proyectos en los que han intervenido varios de ellos.

Si hacemos esto, básicamente lo que les estamos diciendo al resto de personas que forman el equipo, es que su aportación al trabajo no ha servido para nada.

En uno de mis destinos me encontré con una situación muy similar a la descrita, y en verdad que la persona idealizada era un excelente trabajador, pero pedí a mis jefes de equipo que jamás volvieran a decir que todo lo que se hacía bien era gracias a esa persona, también que intentasen ver también las aportaciones del resto.

Al poco tiempo el rendimiento del resto de las personas que formaban ese equipo se disparó.

Ventajas y desventajas, me quedo con las ventajas.

Por todo lo anterior, cada vez que tengas que elegir entre varias opciones, o cada vez que sientas la tentación de valorar a una persona como alguien completamente incompetente, piensa que todas las personas son validas, con sus cosas buenas y sus cosas malas.

Ten en cuenta además que quizás en un futuro, en otra ocasión, eso que consideramos una desventaja pase a ser una ventaja.

En cualquier caso, prefiero centrarme en las ventajas que cada situación u opción nos ofrece, y en lo que las personas nos pueden aportar, más que en las cosas negativas que todos tenemos. Incluido tú, y yo mismo.