Cada vez que me he incorporado a un nuevo puesto de trabajo, asumiendo nuevas o mayores responsabilidades, me he encontrado, más o menos elaborada, con esta frase. Las primeras semanas en el cargo vamos a gozar de algo de indulgencia por parte de nuestros jefes, y estaremos bajo el seguimiento de la aguda mirada de nuestros subordinados.

Fotografía de Dafne Cholet.
Cual debe ser nuestro objetivo.
Esos primeros 100 días son los que debemos aprovechar para afianzarnos en nuestra posición, y en un futuro aguantar los embates del destino, si es que vienen. En estos primeros 100 días nos labraremos nuestra reputación. Probablemente, lo que hagamos en estas primeras semanas en el cargo, marcará nuestro futuro, y la opinión que los demás tendrán de nosotros.
Entrevístate con tus superiores, compañeros y subordinados.
Es lo primero que deberías hacer, conocer a tus jefes, saber qué es lo, que esperan que hagas. Puede que ocupes el puesto por su decisión, por otros méritos, o por ser el más veterano. Sin embargo, sea cual fuera la forma de alcanzar el puesto, tendrán ciertas expectativas en ti, o en lo que esperan que consigas.
Tus compañeros también son importantes. Es probable que, en un futuro, necesites su ayuda, y ellos la tuya. En cualquier caso, es bueno que los conozcas, y que te des a conocer, establecer relaciones que resulten beneficiosas para ambos. Creando sinergia entre los distintos equipos de la organización, si nadie ha dado ese paso antes, dalo tú.
También es importante que te muestres a los tuyos, visita los distintos equipos que dependan de ti. Habla y escucha. Primero a sus mandos, a fi de cuentas van a ser tus colaboradores más inmediatos, después con el resto. En un 99’99 % de los casos ellos también estarán expectantes por el nuevo jefe que tienen, y querrán saber cómo eres, que esperas de ellos, y que pueden esperar ellos de ti.
Aprende todo lo que puedas.
Debes tener una cosa presente, este es el momento, puede que después sea demasiado tarde. Tus superiores tendrán algo de paciencia contigo en los primeros momentos, pero no es muy probable que pasados unos meses tengan esa misma consideración.
Todo el mundo entiende que, al comienzo de esta nueva etapa profesional, carecemos de experiencia. Quizás tengamos conocimientos suficientes para ejercer en el puesto, quizás dispongamos de la experiencia de puestos anteriores. Pero la realidad es que, en ese nuevo puesto de trabajo, no hemos estado nunca.
Por todo ello, normalmente, se asume que podemos cometer ciertos fallos, que podemos tropezar, en las primeras semanas en el cargo. La mayoría de los errores, si no son graves, no son tenidos en especial consideración.
Importante, no me cansare de repetirlo, utiliza la experiencia de las personas que dependen de ti, para lo bueno y para lo malo, es un activo demasiado valioso como para aparcarlo acumulando polvo.
Identifica a quien estará en tu círculo de confianza.
Se supone que tienes que liderar y dirigir, así que necesitaras rodearte de un equipo capaz.
En muchos casos serán los mandos de los equipos que dependen de ti, en otros no será así. En la mayoría de los casos, si has dado los pasos correctos, tendrás multitud de personas a las que recurrir, dependiendo de cada caso. Deben ser los mejores, o al menos tener el potencial para serlo.
He tenido entre estas personas a compañeros con una vasta experiencia, y una enorme capacidad de trabajo, que me han aportado muchísimo. También a compañeros sin experiencia alguna, pero con un gran potencial de crecimiento, y unas ganas de comerse el mundo que les ha llevado a hacer grandes cosas.
Tomate tu tiempo, no es necesario crear este grupo en un día. Escoge a quienes lo formarán uno a uno, sin prisas. Cada uno tiene sus propias preferencias, en mi caso, me gustan las personas con preparación, pasión e iniciativa.
Ponte a trabajar.
Puede parecer de cajón, pero es así. Ponte a trabajar, debes dar resultados. Quizás no el primer día, pero lo que consigas esos primeros cien días dará una clara impresión de lo que tus jefes, tus compañeros y tus subordinados, pueden esperar de ti. Es una primera impresión, que jamás podrás volver a dar, y en muchos casos, durante esta primera fase en el puesto, suele importar más lo que intentas conseguir, y el cómo.
Se supone que gozas de la confianza de tus superiores, a fin de cuentas ocupas el puesto, no debes perderla. Necesitas conseguir la de tus compañeros, y en especial, la de los que diriges, aunque yo prefiero decir que se dejan dirigir. Y eso, aparte de siguiendo los puntos anteriores, se consigue con resultados.
A fin de cuentas, se supone que todo lo que estamos haciendo, mejorar como líderes, conocer las fortalezas y debilidades de cada uno, sus necesidades, prepararnos, adquirir experiencia, crear un equipo, etc., todo, debe ir encaminado a eso, conseguir resultados.
Por último, ten en cuenta una cosa. Esos cien días son suficientes para desenmascararte si no estás siendo honesto con los demás, así que se tu mismo.
Y tú, ¿De qué manera has afrontado esas primeras semanas en el cargo, al ocupar un nuevo puesto?
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